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Con sólo 24 años de edad, Adele confesó que en su pasado tuvo que luchar para superar sus problemas con el alcohol pues bebía tanto, que llegó a salir ebria al escenario.
“Me ponía tan borracha que me levantaba a las dos de la mañana y había olvidado las letras de mis propias canciones… Fue lo peor del mundo”, explica la intérprete británica, de acuerdo con el Huffington Post.
Al parecer, el abuso del alcohol de Adele se debió a su corazón roto y la tristeza que le provocó terminar con su pareja en aquella época. La única forma en la que pudo sentirse mejor fue refugiarse en la bebida.
Por supuesto, esto era preocupante pues la intérprete deRollin’ in the Deep ya había pasado por malos momentos debido al alcoholismo de su padre.
Afortunadamente, Adele superó el problema y ahora goza de éxito internacional gracias a su disco 21, el cual se convirtió en el más vendido de la década.
