Desde hace miles de años grandes marcas y figuras publicas han utilizado la mentira como herramienta para causar impacto, a traer clientes, ganar favoritismo ante la sociedad y hasta para ocultar un hecho.
Aqui dejamos unos de los tantos que crearon historia.
La autopsia alienígena Roswell. Una supuesta nave extraterrestre se estrelló en Roswell, Nuevo México en julio de 1947. Tras el hallazgo, supuestos investigadores se filmaron haciendo una autopsia al cuerpo de un extraterrestre que murió tras la colisión de su nave con la tierra. El video fue presentado por un productor cine en 1995. Sin embargo, más tarde se supo que solo se trató de un muñeco.
Sin embargo, más tarde Orson Welles aclaró que se trató de una adaptación para la radio de una novela, y se vio obligado a pedir disculpas y dar declaraciones a muchos medios por haber logrado aterrar a New Jersey y a Estados Unidos entero.
Los diarios de Hitler. En 1983, el semanario alemán Stern informó que había hallado el diario del Führer Adolfo Hitler. El medio aseguró que haría entregas constantes de él. Al inicio, el éxito fue rotundo. Más tarde se descubrió que se trató de un engaño, desatando la furia de muchos.
Hamburguesas ¿para zurdos? Burger King lanzó una campaña en 1998 en la que aseguró que ponía a la venta su famosa Whopper, pero especialmente diseñada para consumidores zurdos. La diferencia, a decir de la marca, radicaba en que los ingredientes estaban colocados de manera distinta para que no se derramaran del lado incorrecto. Aunque la firma admitió al día siguiente que se trató de una broma, sus ventas en ese breve tiempo aumentaron casi al 100 por ciento.
Pie Grande. Hubo un momento en 2008 que se creyó que sería de los más memorables para la humanidad: el supuesto hallazgo del cadáver de Pie Grande o Yeti. Sin embargo, los análisis que se realizaron al supuesto cuerpo revelaron que se trató de un traje elaborado de goma; no era más que otro engaño.
El niño globo En octubre de 2009, Estados Unidos y el mundo entero estuvieron en vilo tras la noticia de que un niño de seis años viajaba en un globo de gas fabricado por su padre, que estuvo a la deriva unas dos horas. El temor principal que difundían las cadenas que transmitían el vuelo del globo en vivo, era que el menor hubiera caído en pleno paseo.
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