La prostituta que supuestamente habría desatado la pelea habló con el diario y le contó que hubo un problema de comunicación del agente. “Ellos nunca me dijeron que estaban con Obama. Eran muy discretos”, relató la mujer de 24 años al periodista, quien se negó a seguir hablando con el periodista.
Sin embargo, dice el periódico, la que sí habló fue una amiga de ella, quien contó que el agente ofreció 30 dólares, sin embargo después de tomar dos botellas de vodka acordaron que era 25 veces más, unos 800 dólares. (vea la historia que publica el ‘New York Times’)
La allegada a la prostituta cuenta que la mujer no era una prostituta, sino una ‘escort’. “Una ‘escort’ es alguien que el cliente lleva a cenar. Ella se viste bonito, utiliza buen maquillaje, habla y actúa como una dama. Como yo”, dijo la mujer.
Ella contó que la pelea se dio después de las 6:30 de la mañana, cuando la mujer decidió irse del hotel. El hombre le entregó unos 50.000 pesos.Al reclamarle, el agente le dijo que había estado borracho por lo que no pudo discutir el precio.
Ella se puso a llorar y bajó al lobby del hotel y se encontró con una segunda prostituta y decidieron reclamar el dinero.
Subieron de nuevo a la habitación y golpearon la puerta. Como no hubo respuesta, decidieron acudir a la Policía. Es por eso que llamaron a un agente colombiano que estaba cerca del hotel, quien, a su vez, llamó a otro policía que sí sabía inglés.
Los policías llegaron a la habitación del estadounidense y la pelea subió de tono. Esto hizo que otros dos agentes estadounidenses salieran de sus habitaciones y se pusieran al lado del cuarto de su colega.
Tras la discusión, llegó la seguridad del hotel. Después, la mujer bajó el cobro a 250 dólares, dinero que según ella tenía que pagar a un hombre que le ayudaba a conseguir clientes. Al parecer recibió el dinero y se fue.
La amiga de la prostituta afirmó que se dieron cuenta días después y por televisión que el agente hacía parte de la seguridad del presidente Barack Obama.
“Es lo mismo pero diferente”, relata la mujer refiriéndose a que ella es más selectiva para escoger sus clientes. “Es como cuando usted compra un buen ron o un BlackBerry o un iPhone. Tienen diferentes precios”.