La tragedia ocurrió cuando el cantante tenía 50 años y conmocionó desde el primer momento a sus colegas y fanáticos de todo el continente, ya que el ex líder de la mítica banda Soda Stereo es uno de los máximos iconos del rock en español.
El 15 de mayo de 2010, Gustavo Adrián Cerati Clark se desvaneció en Caracas, luego de un recital, y comenzó un periplo en una clínica venezolana que terminó el 7 de junio de ese año, cuando fue llevado de regreso a su ciudad natal en un vuelo sanitario de emergencia.
En Buenos Aires, el artista estuvo internado durante cuatro meses en la Clínica Fleni, especializada en atención neurológica, pero en octubre de 2010 fue llevado a otro centro de menor complejidad ante las escasas posibilidades que se recuperara.
Las hermanas, la mamá, la ex esposa y los dos hijos formaron el círculo íntimo que siguió los pormenores de la atención médica y que se manejó con hermetismo para evitar que el caso cayera en manos de la prensa amarillista.
El blindaje informativo surtió efecto, porque los múltiples rumores sobre la muerte del cantautor o la versión de que había sido víctima de una posible mala praxis en su primera atención con médicos venezolanos no tuvieron mayor trascendencia.
Durante este tiempo, la mayoría de las figuras internacionales que vinieron a Buenos Aires visitaron a Cerati o desearon su recuperación, desde Shakira y Alejandro Sanz hasta Joaquín Sabina y Bono, el líder de U2.
En el momento de su accidente, Cerati se encontraba en plena promoción de su álbum "Fuerza natural", por el cual obtuvo tres premios Grammy en Estados Unidos y el premio Gardel de Oro en Argentina en 2011.
Los partes médicos son escasos y el más reciente, fechado el 22 de diciembre pasado, reportó que el artista se mantenía "estable clínicamente, sin intercurrencias agudas, en excelente estado nutricional y sin lesiones asociadas".
El margen para la esperanza es muy acotado, pero la mamá de Cerati, Lilian Clark, ha reiterado que su hijo tiene que despertar y que "hay que esperar porque esta es una enfermedad larga, difícil. No se puede decir un pronóstico, pero yo tengo fe".
De manera conmovedora, Clark agregó que, pese a su estado vegetativo, "Gustavo está fuerte. Está. Tiene un organismo muy fuerte, muy sólido, que ha pasado unos cuantos eventos difíciles que los ha superado. Pero quiere vivir y va a vivir".
La semana pasada, luego de la aprobación de la Ley de Muerte Digna en Argentina, la mujer descartó la posibilidad de pedir el fin de los tratamientos médicos para su hijo, "porque confío en que Gustavo va a salir