Roma/AG. Benedicto XVI confesó ayer que en sus ocho años de papado vivió días agitados pero, en su último mensaje como pontífice, animó a los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro a confiar en una Iglesia viva que Dios “no dejará hundirse”.
El Papa escogió para este día histórico mencionar los Evangelios y aseguró que era consciente de la gravedad y de la novedad de su renuncia, la primera de un pontífice en siete siglos, que se hará efectiva hoy a las ocho de la noche.
“El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia cuando el Señor parecía dormir”, afirmó al mencionar indirectamente las controversias y escándalos que marcaron su breve pontificado.
Benedicto XVI, de 85 años, dijo que se ha sentido como San Pedro con los apóstoles en la barca en el lago de Galilea.
“Siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino Suya, y no la dejará hundirse”, afirmó en su mensaje final, en medio de fuertes medidas de seguridad.
“Un Papa no está sólo en la barca de Pedro y por esto quiero dar las gracias a todos los que me han acompañado.
Nunca me he sentido sólo”, dijo Benedicto XVI desde la tarima central de la explanada, con rostro sereno y en ocasiones sonriente.
Durante esta inédita despedida papal transmitida en directo por televisión, el jefe de la Iglesia católica explicó que “no abandona la cruz”, una respuesta al desconcierto y a las críticas que ha suscitado su gesto entre algunos católicos.
“He dado este paso consciente de la gravedad y de su novedad. Amar a la Iglesia significa también tomar decisiones difíciles”, recalcó al dirigirse a la multitud: “Hoy vemos cómo la Iglesia está viva, en un momento en que muchos hablan de su declive”.
Sucesor será electo antes de Semana Santa
El sucesor del renunciante Benedicto XVI será elegido antes de la fiesta de Semana Santa, el 28 y 29 de marzo, dijo ayer el cardenal peruano Juan Luis Cipriani, uno de los 116 electores en el cónclave papal.
“La elección se dará con seguridad antes de Semana Santa, y así pienso que será”, dijo sin titubear Cipriani, de 69 años, en declaraciones telefónicas a la radio peruana RPP desde Roma.
La petición de Benedicto a Latinoamérica
El papa Benedicto XVI pidió a los países latinoamericanos y a España orar por los cardenales que deberán elegir a su sucesor, en la última audiencia como pontífice que celebró ayer en la plaza de San Pedro.
“Os suplico que os acordéis de mí en vuestra oración y que sigáis pidiendo por los señores cardenales, llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro”, dijo en español al dirigirse a la multitud de peregrinos de todo el mundo, entre ellos numerosos latinoamericanos y españoles, que acudieron a la histórica bendición.
En el palacio pontificio, el cardenal decano Angelo Sodano hará un pequeño discurso de despedida hoy en la mañana, y todos los cardenales podrán decir adiós al Papa. De ahí se dirigirá hacia el helipuerto del Vaticano para ir hasta Castelgandolfo.