13 febrero 2013

El oftalmólogo Salomón Melgen, bajo investigación del FBI, presentó una demanda contra su examante dominicana a la que, según él, le habría dado cerca de un millón de dólares para una empresa conjunta, pero que ella asegura que se los dio porque “quería que yo viviera como la realeza”, reveló ayer el periódico “El Nuevo Herald” en su página de internet.

Indica que en el año 2000, “después que terminó su relación amorosa con Yudehiris Dorrejo, Melgen presentó una demanda a nombre de su compañía, Vitreo-Retinal Consultants, contra Dorrejo, en un intento por recuperar el dinero. Un juez de Palm Beach desestimó el caso dos años después, al citar temas de jurisdicción en la disputa”.

Novela romántica vulgar”

De acuerdo con la nota firmada por los periodistas Amy Sherman, Jay Caputo y Jay Waever, de “El Nuevo Herald”, “las deposiciones de Melgen y Dorrejo que se tomaron en 2001 se leen como una novela romántica vulgar que termina mal, que incluye un poco de negocios. Es una historia entrelazada con una extraña acusación de amenazas de muerte y consultas con brujos”.

“Las deposiciones muestran al rico Melgen gastando en su novia con un Mercedes-Benz, vuelos en aviones privados y una generosa cuenta bancaria. Melgen testificó que le dio el dinero para lanzar juntos una tienda de ropas, aunque ella testimonió que nunca tuvieron una relación empresarial”, indica la publicación.

Melgen conoció a Dorrejo en 1998 a través de un amigo en Santo Domingo, y le dijo que era soltero, pero cuando ésta encontró que estaba casado, rompieron la relación. Ella tendría unos 28 años en ese momento. El estaba en la mitad de sus 40, precisa el “Nuevo Herald”.

Dijo que estaba divorciado

En octubre de 1998, según Dorrejo, Melgen la envió a buscar para reunirse en una suite en el hotel Ritz-Carlton, en West Palm Beach, “para proponer las condiciones para nuestra relación romántica”, allí le propuso que volvieran a estar juntos y le aseguró que estaba divorciado, siendo falso.

Melgen abrió una cuenta de banco para ella.

“El quería que yo viviera como la realeza, que no tuviera problemas de ningún tipo”, testificó Dorrejo.