No es ningún secreto que Tokio es una de las ciudades más pobladas del mundo y por esa razón también es conocida por tener los apartamentos más pequeños del planeta. Tanto es así que esta semana se dieron a conocer varios informes en los que demuestran que hay gente que está pagando grandes cantidades de dinero para vivir en ambientes del tamaño de un ataúd.
Así es cómo hay personas dispuestas a pagar tanto como 600 dólares al mes para vivir en armarios y roperos. Por supuesto, gran parte de esta gente son jóvenes que pasan la mayor parte de su tiempo en el trabajo y al aire libre, utilizando estos alojamientos minúsculos sólo para dormir.
Aparte de la evidente falta de espacio, estos hogares llamados geki-sema se apilan unos encima de otros y algunos ni siquiera tienen ventanas. Sin embargo tienen lugar suficiente para una diminuta TV, un cómodo colchón y espacio para apilar un poco de ropa limpia. Además tienen calefacción y electricidad para conectar los celulares y/o computadoras. Claro que el baño es compartido con otros inquilinos, nada diferente a cualquier hostel de cualquier lugar del mundo.
Muchos inquilinos dijeron que optan por este tipo de alojamiento principalmente porque no tienen suficiente dinero para alquilar algo más grande y confortable. En segundo lugar, la razón más frecuente es que estas casas se ubican en edificios céntricos, cercanos a sus trabajos y a los centros de entretenimientos y compras. Y la cercanía a estos lugares es un bien muy preciado, ya que el transporte en la capital japonesa no es barato y constituye un importante presupuesto, además de la cantidad de tiempo se pierde en viajes en subte y tren.