MOSCÜ/AFP.- Con un balance decepcionante de seis metales y entre ellos sólo un oro en el Mundial de Moscú-2013, Latinoamérica confía especialmente en los jóvenes talentos que han destacado en la capital rusa, con medalla o sin ella, para poder progresar y ser cada vez más protagonista.
Es el caso del cubano Pedro Pablo Pichardo, plata en triple salto, o el dominicano Luguelín Santos, bronce en 400 metros, pero también el de otro cubano, Omar Cisneros, cuarto en 400 metros vallas, o el del guatemalteco Erick Barrondo, que terminó descalificado cuando luchaba por la medalla de oro en los 20 kilómetros marcha.
Todos ellos son muy jóvenes, 23 años en el mayor de los casos, y parecen llamados a aspirar a grandes logros en los Juegos de Rio, donde llegarán en un momento perfecto de madurez en sus carreras.
Otros triunfadores latinos del Mundial, la colombiana Caterine Ibargüen (oro en triple salto) y el mexicano Luis Rivera (bronce en longitud), son algo mayores, con 29 y 26 respectivamente, pero también deberían llegar en forma a la cita olímpica si no sufren contratiempos inesperados.
"¿Los Juegos de Rio? No sé, iremos a bailar samba, no sé", dijo entre risas Rivera justo tras su bronce. "Falta mucho. Una medalla en el Mundial nos pone en la perspectiva para pensar en una medalla olímpica, pero hay que tomar año por año.
El objetivo es pensar en 2014, luego en 2015 y ya llegará 2016", señaló.
Fue uno de los atletas que eclosionaron definitivamente en este Mundial, como también hizo el cubano Pedro Pablo Pichardo, que llegaba como líder del ránking de marcas de 2013 y que finalizó segundo de la prueba con 17,68, sólo superado por el francés Teddy Tamgho (18,04 metros, mejor resultado de la temporada). "Sólo tengo veinte años, puedo mejorar esto.
Tengo que prepararme para poder conseguirlo. Ha sido un gran debut (en una competición importante)", declaró Pichardo al término de la prueba, ambicioso y sin descartar batir algún día el récord del mundo, fijado en el ya lejano 1995 por el británico Jonathan Edwards en 18,29 metros.
Su compatriota Omar Cisneros, de 23 años, estuvo muy cerca de subir al podio y finalizó cuarto en la final de 400 metros vallas, rozando la medalla y quedando por delante de los hasta ahora pesos pesados de Latinoamérica en esta prueba, el dominicano Félix Sánchez (5º) y el puertorriqueño Javier Culson (6º).
República Dominicana vivió en este Mundial el posible adiós de 'Supermán' Sánchez (casi 36 años) a una gran competición, pero también la confirmación de su gran esperanza, el joven de 19 años Luguelín Santos, que se colgó un bronce en 400 metros, un año después de la plata olímpica en Londres.
Tiene algo más de edad, 26 años, pero el brasileño Mauro Vinícius Da Silva es también otro de los nombres que parece que puede poder lograr muy buenos resultados en este ciclo olímpico, tras su título mundial de salto largo en sala el pasado año en Estambul, y ahora su quinta posición en el Mundial al aire libre con 8,24 metros, a apenas tres centímetros del bronce en su debut en esta competición.
"Mi sueño en el deporte sería Rio-2016. Ganar en casa, como (el ruso Alexander) Menkov hoy. No hay nada mejor que ganar en casa, pero tenemos que trabajar muy fuerte para eso", dijo a la AFP tras su prueba, el viernes.
Hasta en las decepciones de Moscú-2013, Latinoamérica puede encontrar motivos para la esperanza con algún joven derrotado que dio muestras de su talento.
El caso más claro es el del guatemalteco Erick Barrondo, de 22 años y plata olímpica en 2012, que esta vez fue descalificado a falta de tres kilómetros cuando iba en cabeza con el ruso Alexander Ivanov y luchaba por el oro.
Todos ellos, junto a los que puedan emerger en el camino, son la esperanza del atletismo de Latinoamérica para remontar el vuelo de cara a 'sus' Juegos de Rio, dentro de apenas de tres años.