AFP Nueva York . América Latina es la única región del mundo donde los homicidios se incrementaron entre 2000 y 2010, con once países con tasas consideradas como “epidemia” por la OMS y un millón de víctimas de violencia criminal en una década, según un informe presentado el martes en Nueva York por Naciones Unidas.
“Entre 2000 y 2010 la tasa de homicidios de la región creció 11%, mientras que en la mayoría de las regiones del mundo descendió o se estabilizó.
En una década han muerto más de 1 millón de personas en Latinoamérica y el Caribe por causa de la violencia criminal”, afirma el estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Esta “epidemia de violencia, acompañada por el crecimiento y difusión de los delitos, así como por el aumento del temor entre los ciudadanos” tiene lugar a pesar de que América Latina “muestra hoy en día economías más fuertes e integradas, menos pobreza y democracias más consolidadas”, indica el informe.
Las expansiones
“En la última década, América Latina ha sido el escenario de dos grandes expansiones: la económica y la delictiva”, resume el studio de 285 páginas y que ofrece una visión regional de la seguridad ciudadana para 18 países, desde México hasta Argentina, sumando a República Dominicana. Según las datos recabados, once países (Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Venezuela) presentan un “alto nivel” de homicidios, con tasas superiores a 10 por cada 100,000 habitantes.
UNA INVESTIGACIÓN EN CONJUNTO
Siete países se encuentran por debajo del nivel de tasas superiores a 10 por cada 100,000 habitantes: Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Perú y Uruguay. El incremento del homicidio en América Latina afecta particularmente a “jóvenes de entre 15 y 25 años que no trabajan ni estudian”, dijo Carlos Loret de Mola, moderador de la presentación del informe en la que estuvieron presentes la titular del PNUD, Helen Clark, y el subsecretario general de la ONU y director regional del PNUD, Heraldo Muñoz.
A pesar de las alarmantes cifras, “en la mayoría de los países, la tasa se ha estabilizado en los últimos dos o tres años, e incluso hay un pequeño grupo de países que muestra una moderada disminución”, afirma el estudio.