29 mayo 2012

Es uno de los crímenes más espeluznantes de Miami: un caso de canibalismo a plena luz del día en la pasarela peatonal de la rampa de una carretera.

Un hombre desnudo devoró el rostro de su víctima, también desnudo, hasta dejarlo irreconocible. Un agente de policía le ordena que pare de ingerir carne humana. Al no obedecer, le dispara. Pero el caníbal, tal vez drogado, continúa su sangriento ataque hasta que el agente lo mata.


La policía identificó al joven de 31 años como Eugene Rudy, un sin techo con antecedentes penales, proclive al consumo de estupefacientes y que habría estado bajo el efecto de una nueva droga.

Pero los detalles de cómo sucedió tan repulsivo asalto continuaban siendo un misterio el domingo por la noche, sin que la Policía de Miami revelara la identidad de los sujetos ni las posibles causas del enfrentamiento mortal que se produjo el sábado por la tarde.

El crimen deja helado a cualquiera que lo escucha. Conductores que regresaban de Miami Beach por la rampa del Viaducto MacArthur, que desemboca en la calle 13 del noreste, bajaron las ventanas para dar un vistazo a la mancha de sangre sobre el pavimento. Los ciclistas merodearon el área cercada por cinta amarilla. Hasta las personas que paseaban a sus mascotas se dejaron vencer por la curiosidad un tanto morbosa.

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