De acuerdo con una investigación de la Corporación Centro de Consultaría y Conflicto Urbano, C3, las menores son detectadas en los barrios de la periferia de la ciudad por delincuentes y jefes de combos, quienes contactan a las familias, las amenazan e, incluso, cuidan de esas pequeñas para que nadie las toque hasta el momento en que las subastan a turistas o a cabecillas de organizaciones delictivas.
Luis Guillermo Pardo, director de C3, dijo que lo más preocupante de este fenómeno es que algunas niñas, de entre 12 y 14 años, son sometidas a estos vejámenes con el consentimiento de sus padres y familias, por amenazas o dinero, según un artículo publicado este lunes por El Colombiano.
"Cuando hay eventos internacionales como la Feria de las Flores, es una locura y se hacen catálogos que ofrecen a las pequeñas. Es una vergüenza. Muestran la virginidad, el cuerpo de las niñas, como fuente de ingresos", denunció el dirigente, quien agregó que se encontraron en el estudio catálogos hechos con entre 50 y 60 menores.
Pardo también lamentó que muchas de esas niñas, tras ser violadas, son entregadas a otros delincuentes que les ofrecen protección y terminan en la prostitución. "Las obligan a tomar bebidas embriagantes como whisky y las drogan, en especial con cocaína, para aumentarles su resistencia. Hacen con ellas bacanales y las pequeñas terminan de mano en mano", concluyó.
Clara Mazo López, directora de la Corporación Vamos Mujer de Medellín, dijo que cada año hacen un informe de derechos humanos en Medellín y desde el año pasado vienen reportando este fenómeno, porque en esta ciudad se promueve un turismo sexual con la venta de niñas vírgenes que se ha ido propagando, de acuerdo con el mencionado periódico.